Analizamos el futuro de la banca en el quinto encuentro online del ciclo «Preguntas y respuestas sobre el futuro de la banca y los seguros», organizado por ditrendia en el marco del Observatorio de Marketing financiero y asegurador.
El 24 de marzo celebramos un nuevo webinar del ciclo «Preguntas y respuestas sobre el futuro de la banca y los seguros», organizado por ditrendia con motivo de la publicación del libro «El futuro de la banca, los seguros y los clientes tras la crisis 2020». En esta ocasión, analizamos el futuro de la banca y los pagos tras la crisis de la COVID-19 y los cambios que ha provocado a nivel macroeconómico junto a Javier Amo, director general de Iberia Cards; Fernando Moroy, presidente del Chapter de Madrid de la Red de Business Angels Keiretsu de San Francisco y Finance and Entrepreneurship Professor en varias escuelas de negocio y universidades; y Fernando Rivero, CEO de ditrendia.
Entre otros temas, debatimos sobre la regulación, el impacto de las nuevas tendencias de consumo en la morosidad, la economía sumergida o los retos que han supuesto el cambio de los canales físicos a los digitales.
Puedes ver el encuentro completo aquí:
¿Qué escenario macro nos ha dejado la crisis sanitaria?
Según Fernando Moroy, la crisis de la COVID-19 nos ha dejado un escenario «lleno de múltiples cicatrices. En 2020 experimentamos una bajada del PIB del 11 %, cifra desconocida fuera de periodos entre guerras, 5,5 millones de personas entre paro, ERTE y suspensión de actividad, unos 1,31 billones de deuda y un déficit públicos del 11,3 %. Sin embargo, esta crisis a la banca española le pilla en un momento mejor que la crisis del 2008, por lo que ha podido jugar un papel diferente».
Para Javier Amo, este escenario impacta de lleno en el sector financiero ya que «nos condena a un periodo largo de escasos márgenes financieros y al peligro de los impagos y la morosidad». Además, para él la banca es el sector más castigado desde el punto de vista bursátil presentando ahora «la rentabilidad más baja de todos los sectores que cotizan en bolsa».
Ante la pregunta de si la excesiva regulación ha ayudado o no al sector, Fernando Moroy señaló que «históricamente la regulación le ha venido bien al sector financiero porque nos ha mantenido al margen de la hiper-competencia que ha existido en otros sectores como la tecnología».
Descenso del uso de efectivo y aumento de los pagos a través de internet
Preguntamos a los ponentes sobre el descenso del uso de efectivo a causa de la pandemia. Para Javier Amo «el uso de efectivo está muy ligado a la economía sumergida. España está en tercer lugar después de Grecia e Italia en economía sumergida y seguimos siendo el segundo país de Europa que más efectivo usa en sus transacciones. La pandemia lo ha reducido pero eso no quiere decir nada, porque la maquinaria de producir dinero B sigue funcionando».
Sin embargo, la morosidad no ha subido. Actualmente se encuentra en el 4,54 %, aunque ambos ponentes coinciden en afirmar que se trata de algo relativo «Estamos ‘anestesiados’. Se han entregado más de 120 mil millones de euros en créditos ICO, la mayoría a pymes y autónomos. Veremos qué ocurre cuando se acaben», añadió Fernando Moroy.
El incremento del uso de internet, por su parte, ha aumentado los pagos a través de tarjetas de crédito. Según Javier Amo: «En general, la compra en internet se sigue haciendo por tarjeta. La digitalización de la economía aumenta el flujo de pagos y la disminución del efectivo».
Respecto al impacto del cierre de oficinas bancarias en los pagos y al paso de los canales físicos a los digitales, Moroy señaló que el sector bancario siempre ha incurrido en una contradicción: «Nos centramos en fomentar diferentes medios de pago pero implantamos la mayor red de cajeros del mundo, por detrás de Japón. El año pasado desaparecieron 1000 cajeros por el cierre de oficinas, pero aún seguimos teniendo 50 000», a lo que Javier Amo añadió que «el cierre de oficinas es un proceso que no va a parar y los perfiles que antes estaban muy habituados al acceso a la banca por oficina se están adaptando bien a este cambio. Los mayores de 65 años han podido asumir con facilidad esta digitalización de la vida».
El paso de la banca física a la digital es un proceso en el que las entidades llevan trabajando más de 15 años. Según Moroy, «la banca española ha sido siempre una banca modélica en el mundo en términos de inversión en tecnología. La banca española y en particular las más grandes, tienen el 99 % de su operativa en internet».
Para Javier Amo, «la transaccionalidad ya está asumida. Para comprar valores o hacer una transferencia ya nadie va al banco, pero no ocurre lo mismo para la contratación. La parte de ventas aún es más presencial. Es mucho más difícil solicitar una hipoteca online ya que aún tenemos la idea de que se trata de algo que podemos negociar».
Un rotundo NO a las criptomonedas pero un SÍ a las divisas digitales
Al preguntar a los ponentes sobre qué pensaban de las criptomonedas, ambos coincidieron en rechazar su uso.
Fernando Moroy señaló: «Soy un tremendo enemigo del bitcoin, pero estoy totalmente a favor de la moneda digital liderada por los bancos centrales. Creo que en menos de dos años veremos ya el euro digital».
Para Javier Amo las divisas digitales son casi necesarias, mientras que las criptomonedas están llenas de inconvenientes: «Las criptomonedas son el refugio del dinero negro procedente de las mafias, la minería de criptodivisas consume más que una ciudad de medio millón de habitantes en electricidad, los bancos mundiales no pueden permitirse perder el control y suponen un gran peligro para la seguridad. Si hackean el pentágono ¿cómo no van a hackear un ordenador para robar las criptomonedas?».
¿Cómo va a ser el 2021 para la banca?
Según Moroy: «Por un lado no se ha solucionado el problema coyuntural de los bajos tipos de interés que tiene el sistema financiero desde hace tiempo y por otro, el ámbito económico que estará muy condicionado por la variable médica. La banca vive de los clientes, y si a los clientes no les va bien, a la banca no le va bien. En la medida que la variable médica y la vacunación se vayan solucionando, la actividad económica mejorará y, por tanto, lo hará la banca».
Para Javier Amo junto a los bajos tipos de interés, la banca tiene otros grandes problemas como la pérdida paulatina de la distribución de productos financieros y de la financiación, el desprestigio o el exceso de regulación y control. Pero el gran peligro sigue siendo la morosidad: «Estamos en máximos históricos de depósitos bancarios. La gente está ahorrando más que nunca porque no puede consumir y porque tiene miedo. Y esto afecta a la banca que como no puede ganar más dinero debe atajar los costes. Y esto lo hará a través del cierre de oficinas y de la concentración bancaria».
¿Cómo serán los pagos en el futuro?
Adivinar cómo serán los pagos en el futuro es, para Javier Amo, un tema de ciencia ficción: «Hoy puedes pagar con el teléfono, el reloj e incluso con un anillo. Pero igual dentro de dos años no existe ni el teléfono. Si desapareciera el dinero físico desaparecería la economía sumergida y el robo físico sería más difícil, pero tendríamos otros inconvenientes como la pérdida del control monetario y la excesiva dependencia tecnología».
Para él, el futuro de los pagos se verá influido por diversos factores: Factores sociales, con una sociedad tecnológicamente avanzada y en continuo cambio, Factores tecnológicos, hasta ahora centrados en el smartphone Factores Económicos, influidos por la regulación y por la Aparición de nuevos competidores: Fintech, fondos, neobancos, operadores tecnológicos, retailers e incluso el crowdfunding.
A estos factores Fernando Moroy añadió otro más: «La intervención del sector financiero y de los métodos de pago en la transición ecológica y en el cambio climático. La banca no es un sector que tenga un gran impacto en el clima pero sí financia sectores que van a experimentar riesgos de tipo climático. El sector financiero va a tener que estar atento a todo el tema de la transición ecológica y a cómo el sector financiero participa de esta transición. Algunos bancos ya han declarado que no van a financiar industrias… va a haber una reestructuración de carteras».
Un último consejo
Dada su amplia experiencia y conocimiento, para finalizar, pedimos a nuestros ponentes que nos dejarán algún consejo para los profesionales del sector bancario y de métodos de pago.
Para Fernando Moroy la economía dependerá de la variable médica: «Esta es una crisis forzada por un agente externo. Cuando la situación médica mejora la gente va a viajar y a consumir y por tanto la economía mejorará. Si tuviera que hacer un pronóstico diría, replicando a Mafalda: «puede pasar cualquier cosa».
Javier Amo aconsejó ser precavidos: «Hay que tener cuidado porque entre la depresión y la vuelta a la normalidad va a haber un momento muy duro, que será cuando se acaben los ERTE, que impactará en la banca. El 2022 va a ser muy bueno y el segundo semestre del 2021 será mejor que éste, pero la salida de la crisis no será simétrica para todos».
> Ya puedes inscribirte en nuestro próximo webinar sobre el futuro de los seguros
> Webinar anterior: el futuro de la venta
> Webinar anterior: ¿un nuevo management?
Compártelo en tus RRSS #MKTefa: