Social media zombies A medida que pasa el tiempo, me genera más estupor la interpretación que muchísimas empresas, sobre todo de productos de consumo, han hecho de la web social. Insulsas listas interminables de tweets o de actualizaciones en Facebook sin alma de ningún tipo, de tonterías que antes ni llegaban a convertirse en cutre nota de prensa a la que nadie hacía el más mínimo caso y que simplemente desperdiciaba recursos y atención, que ahora son enviados a agencias de publicidad para que los programen, los emitan, recopilen las escasas reacciones, y lo escriban en un informe. En eso es en lo que ha quedado para algunos la supuesta revolución de la bidireccionalidad: en un pobre diablo al que le toca estrujarse el cerebro para recopilar tonterías que no interesan a nadie, y que las envía a una agencia para que las procesen. En algunos casos es aún peor, y la marca ni siquiera piensa: subcontrata directamente todo, incluyendo el contenido de las actualizaciones. Es perfecto: como me han dicho que hay que “estar en las redes sociales porque se han vuelto muy importantes”, me dedico a pegar mensajitos insulsos y tonterías que no importan a absolutamente nadie sobre cuestiones completamente irrelevantes. Si alguien en su sano juicio decide seguir a la marca, no será por lo que publica, sino por otras muchas razones, pero eso da lo mismo: lo importante es estar ahí, no vayamos a parecer antiguos. ¿Es que nadie se preocupa por intentar – ya solo digo intentar – que su presencia en la web social tenga algún tipo de sentido? ¿De verdad nadie empieza el ejercicio por donde hay que empezarlo, por decidir qué pintamos ahí, cuál es la finalidad, qué se busca con ello, a qué responde el interés? No, lo fácil es simplemente llamar a una agencia y decirle “quiero estar ahí”, pagar, y ya está. Porque claro, “estamos tan ocupados que no hay tiempo para esas cosas”. ¿Nadie se plantea que la web social debería servir para algo más que simplemente poner tonterías porque hay que poner algo, llenar espacio con la misma (nula) convicción con la que antes enviábamos notas de prensa, pero ahora en formato más cortito? De verdad… revisa las actualizaciones de tu marca en Facebook y Twitter: ¿no te llama nada la atención? Trata de ponerte en los zapatos de un cliente, o de cualquiera que no seas tú: ¿tiene algún tipo de interés para algún ser humano racional el contenido de tus actualizaciones? ¿O se trata simplemente de una prolongación absurda de un tipo de marketing que ya estaba muerto antes de que la web social entrase en la escena? . […] Lee el artículo completo AQUÍ. |