Marcar o dejar marca: el sentido del branding […] Posiblemente en todo este tiempo, y en muchos de los ejemplos, sigamos siendo fieles a esta definición clásica del término marca: marcar, distinguir, posesión, señal, límite,… Marca como emisor, marca como algo que me permite ser diferente frente al resto. Y como tal con todas sus estrategias y desarrollos basados en la comunicación, en las relaciones públicas centrados en un único eje: visibilidad y notoriedad. Que se me vea, que se hable de mí, etc. En cambio, hay algo que para nosotros como ciudadanos, como mercado, como personas en definitiva es totalmente claro y patente: aquellas cosas que nos son memorables son las que hacen de nuestra vida algo realmente interesante, donde ponemos además toda nuestra atención. Esos momentos que se graban porque los hemos vivido y sentido, esos espacios que sugieren ideas, esas experiencias que efectivamente nos han dejado marca, son los realmente especiales. DEJAR MARCA es dejar huella, es dejar un rastro, posiblemente imperfecto pero tremendamente cargado de significado. Dejar marca supone especialmente no ya un interés y voluntad del emisor sino sobre todo un esfuerzo del receptor: vivir, escuchar, interpretar… son aspectos que ponemos en liza para reproducir en realidad algo que pasa en ese momento a pertenecernos: la importancia del momento, la importancia del contexto y sobre todo la interpretación de todo ello en términos personales: “esto, a mí, me sugiere…“. El sentido común nos debe decir que en realidad uno no es el opuesto del otro. Posiblemente sea necesario “marcar” algunas ideas pero en realidad lo importante, y lo vengo repitiendo en muchas ocasiones, es aquello de “sólo existe marca cuando alguien la interpreta“. Y eso, en realidad es el verdadero significado de DEJAR MARCA: Interpretación, ser pertinente, convertirse en relevante, ser significativo. […] Lee el artículo completo AQUÍ. |